D Í A · N U E V E

Siento el retraso en presentar mis impresiones sobre la jornada del sábado, con la cual se cerraba el festival (aunque el domingo se repitieran distintas películas), pero el cansancio acumulado tras la vuelta a Madrid y diversos compromisos me lo han impedido.

El sábado fue un día tranquilo. Ya todos los presentes conocíamos el triunfo el día anterior de la producción "Green Hat", victoria merecida ya que ha sido uno de las películas más sólidas y a la vez innovadoras de la Sección Oficial. Las menciones especiales para "Passages" y "Kekexili: Mountain Patrol", bajo mi siempre humilde opinión, también fueron merecidas. De esta manera, y tras una semana muy activa, mi presencia se cerró con el visionado de dos largometrajes que dejan al público con una sonrisa de oreja a oreja, dos títulos refrescantes para volver a casa con ganas de regresar el próximo año.

Katsuhito Ishii, conocido a nivel mundial por dirigir la secuencia de animación de "Kill Bill 1" (1), presentaba su tercera película, "The Taste of Tea", encantadora comedia de aire surrealista. Ishii toma como base una familia que, en manos de cualquier otro realizador, podría haber terminado en una historia de seres inadaptados en el Japón contemporáneo. Una niña que se encuentra con su doble a tamaño gigante, un abuelo algo "pirado", una madre dibujante de manga, un hijo al cual le sale un tren de su cabeza (sic) y un padre hipnotizador, son los miembros de esta excéntrica familia. Sin embargo, desde las primeras secuencias en las que se observa la casa en un plano desde el aire, se hace patente que Ishii quiere plantear una visión de lo cotidiano (2) a través de lo fantástico. Así, a lo largo de las dos horas y casi treinta minutos que dura la película, nos narra las peripecias de estas personas, bajo una mirada que conmueve y creando un mundo tremendamente imaginativo, donde se dan la mano los aspectos más mundanos con la fantasía más pura.

A pesar de lo excesivo del metraje, Ishii sabe como mover las piezas para que la audiencia entre en ese mundo. Quizás en su afán por deleitarnos con su capacidad creativa, se eche en falta algo más de síntesis (y repito que el film jamás aburre), sobre todo recortando la presencia de más personajes excéntricos que aportan bien poco a la narración. Un aspecto que se perdona, aún más cuando nos presenta uno de los finales más entrañables que se hayan visto en mucho tiempo.

Finalmente, llegó la película de la clausura, un Bollywood en toda regla. "Veer-Zaara" es posiblemente la mejor película que ha dado esta cinematografía durante el año pasado, triunfando en los premios Filmfare (al parecer los Oscar de la India). Dirigida por el veterano Yash Chopra, es la historia de un amor (con mensaje pacifista incluido) de esos que superan todas las adversidades, entre un piloto hindú y una pakistaní.

Evidentemente, lo más fácil para mí sería empezar a enumerar sus múltiples defectos como esos personajes planos, diálogos absurdos e interpretaciones muy sobreactuadas, pero eso realmente no tiene mérito. Sentarse a ver "Veer-Zaara" ayuda a conocer la situación de una industria que parece moverse al margen de todo lo demás, formando un microcosmos cerrado que ahora parece abrirse (a raíz de algunas colaboraciones con estrellas de Hollywood) un poco más hacia el mundo. Es aquí donde debe manifestarse el ya comentado "efecto kimono"; olvidemos los prejuicios y simplemente disfrutemos de su colorida puesta en escena, del aprovechamiento de sus recursos técnicos (generosos "travellings" junto a un diseño de producción muy cuidado), y de unos divertidísimos números musicales. "Veer-Zaara" no es la mejor película que verás en el BAFF pero es el colofón digno de un evento como éste.


(1) Digo a nivel mundial, para la mayoría de aquellos que desconocen el mundillo manga+anime.
(2) ¿Otra mirada al cine de Ozu, quizás?

[9/11]