El filme que abrió
mi maratón particular fue "A Bittersweet Life" del
prestigioso director surcoreano Kim Jee-woon que ya triunfó
hace 2 años en el festival con su anterior propuesta, "A
Tale of Two Sisters". El argumento gira alrededor de Sun-woo
(Lee Byung-hun), un matón que recibe la orden de su jefe, Mr.
Kang (Kim Young-chul), de seguir a su joven amante ya que sospecha
que se entiende con alguien más. Sun-woo comienza a seguir
a Hee Soo (Shin Min-a), y al igual que en la obra maestra de Alfred
Hitchcock, Vértigo, acabará obsesionándose por
ella. Cuando finalmente descubre que es infiel ya es demasiado tarde,
y será incapaz de ejecutar las órdenes de Kang, lo que
provocará toda una ola de violencia de fatales consecuencias...
La nueva obra de
Kim Jee-woon parece seguir los mismos patrones que la famosa trilogía
de la venganza de Park Chan-wook, violencia estilizada y sangrienta
catarsis final aunque, al igual que sucede con la última película
de Chan-wook, el resultado final no es tan brillante como se esperaba.
Poco se nos explica de su súbito interés por Hee Soo
lo que hace perder fuerza al filme que peca de ser excesivamente frío
lo que además nos impide conectar con el protagonista y entender
sus motivaciones. Aún así, la película es de
una gran calidad técnica y estilística, y está
excelentemente interpretada por Lee Byung-hun que hace que aunque
fallida en algunos aspectos, sea superior a la gran mayoría
de subproductos que nos llegan de Hollywood.
Luego
llegó el turno a Election, último filme del maestro
Johnnie To que parece alejarse del cine de acción actual de
Hong Kong para ofrecernos una película sobre la mafia realista
y más cercana al cine de gangsters de Scorsese. La trama es
sencilla: como cada 2 años, hace falta elegir un jefe para
la tríada de los Wo Shing. El candidato idóneo parece
ser Lok (Simon Yam) aunque su rival, Big D (Tony Leung Ka-Fai), no
piensa quedarse con los brazos cruzados. Lo que sigue es un enfrentamiento
por alzarse con el poder que puede destruir años de tradición
y acabar en una auténtica guerra.
Johnnie To pretende
(y consigue) dar una visión realista sobre lo que significan
las tríadas actuales en Hong Kong (esos intentos cada vez más
inútiles por mantener los valores tradicionales ahora casi
corrompidos por el dinero, la avaricia y los negocios) y que además
sirve como metáfora de la política actual de la excolonia
inglesa. El filme puede llegar a decepcionar a los que se esperen
una película de acción al uso, ya que la violencia brilla
por su ausencia, el resto seguramente disfrutará con este loable
largometraje.
Al acabar la proyección
de Blood Rain, me trasladé rápidamente a la sala principal,
el Auditori de Hotel Melià, para ver si llegaba a tiempo para
entrar a "El exorcismo de Emily Rose", cual fue mi sorpresa
al comprobar que no sólo llegue antes, si no que me tuve que
esperar una hora más. Y eso no fue todo, después de
empezar con 70 minutos de retraso (y de ver un pseudo sketch teatral
del filme que hicieron antes del pase y que duró como 10 minutos
más), al cabo de media hora (y en medio de la película)
surge el trailer del Festival del año pasado (el casco de Darth
Vader con la voz de Constantino Romero de fondo) y se para la proyección.
Después de más de 10 minutos se consiguió continuar
con el pase, aunque afuera ya se empezaban a escuchar las quejas de
los que esperaban para entrar en el maratón de la una de la
madrugada. Aunque centrémonos en al película...
Basada
en unos hechos reales que ocurrieron a mediados de los años
70 en Alemania, donde la joven Anneliese Michael murió en extrañas
circunstancias después de que se le practicase un supuesto
exorcismo, la película coge esta información y la traslada
a la actual USA. Allí, una chica de 19 años, Emily Rose
(Jennifer Carpenter), acaba de fallecer después de que el Padre
Moore (Tom Wilkinson) oficiase un exorcismo. Durante el juicio contra
él, iremos conociendo la historia de Emily y de su muerte...
El filme, efectivamente dirigido por Scott Derrickson, bascula en
todo momento entre el drama judicial (con unos espléndidos
Laura Linney y Campbell Scott encargándose de la defensa y
la acusación respectivamente) y el de terror sin que la mezcla
llegue a chirriar en ningun momento. Las escenas de la posesión
y posterior exorcismo están rodadas con mucho brío y
llegan a impresionar gracias a la impecable interpretación
que hace la joven actriz Jennifer Carpenter. Se queda a gran distancia
de "El exorcista" pero logra un más que digno segundo
puesto en lo que de exorcismos cinematográficos se trata.
Luego
le tocó el turno a "Reeker", entretenido producto
de serie B y con buenos efectos especiales que ha dirigido el prometedor
Dave Payne. El filme, mezcla de diversas películas de terror
actuales como "Identidad" o "Dead End", cuenta
la historía de 5 jóvenes que van a parar a un motel
de carretera donde serán amenazados por un oscuro personaje...
La película se sigue con bastante interés gracias a
su ritmo y a su humor negro aunque un final un tanto trillado y tópico
le hace perder unos cuantos enteros, aún así recomendable
para los amantes del slasher americano.
Faltaba un largometraje
más por exhibirse pero eran las seis de la madrugada y aún
me faltaban dos maratonianos días, así que opté
por abandonar la sala y echarme un rato. Mañana sería
otro día...
Sergio
Herrada Ruiz