D
Í A · C I N C O
La
tarde se abría con un título de la Sección Oficial,
la china "Green Hat". Ópera prima del guionista de
La ducha, Liu Fendou, "Green Hat" hace referencia a un símbolo
que en China llevan los hombres que han sufrido alguna infidelidad.
Película sorprendente, formada por dos historias independientes
unidas por un suceso azaroso. En la primera, tres hombres roban un
banco, pero mas tarde uno de ellos llama a su novia por telefono y
descubre que se ha ido con otro. En la segunda historia, un policía
con problemas de erección descubre que su mujer le está
poniendo los cuernos.
Llena de planos extravagantes,
formalmente extrema en su uso del color, pero sobre todo con un guión
atrevido, "Green Hat" es una reflexión en clave de
melodrama posmoderno sobre el amor, el sexo, la infidelidad marital
y la necesaria relación entre todos para el buen funcionamiento
de la pareja. Tema controvertido y muy arriesgado para un país
como China, pero que su realizador trata de manera tremendamente original,
que recuerda a "Chungking Express" al menos en el manejo
de las dos historias. Director a seguir en una de las mejores obras
de la Sección Oficial.
"The
President's Barber", segundo film de la tarde contó con
la presencia de su director, el debutante Lim Charn-Sarng que tras
el pase, respondió a las preguntas del público presente
(con algún que otro problemilla con el traductor). Encabezada
por dos pesos pesados del cine surcoreano actual, como Song Gang-Ho
("Memories of Murder") y Moon So-ree ("Oasis"),
es una edulcorada mirada con ironía al período de los
60 y los 70, con la dictadura militar de Park Chung-Hee como trasfondo
político. Song Gang-ho es un barbero que se encargará
de cortar el pelo al presidente del país, mientras Corea del
Sur se desarrolla a través de sus ojos. Repleto de momentos
dramáticos cubiertos de un humor algo "pasteloso"
al modo de "La vida es bella", "The President's Barber"
muestra el desencanto de la clase popular coreana ante una situación
insostenible como fue el gobierno que regía al país.
Dos horas que se pasan volando en uno de los largometrajes más
ligeros del certamen, sincero y sin trampas, directo para el disfrute
del público y que no insulta a ningún espectador.
Tras el film, el director
nos habló de sus intenciones con este debut: llegar gracias
al sentido de humor a muchas audiencias para que todos entendieran
la historia de su país. También comentó aspectos
tan variados como su próximo proyecto o sus vivencias en la
época posterior a los hechos que narra su película.
El
cine surcoreano regresó al festival con la comedia negra "The
Wolf Returns", deudora de las "buddy movies" norteamericanas.
Partiendo de una premisa argumental muy atractiva, cuenta como un
policía de Seúl, cansado de la vida estresante de la
ciudad, se retira a un pequeño pueblo donde apenas se cometen
asesinatos. Una vez allí conoce a su reverso, otro joven agente
de la ley, que aburrido de no hacer nada, desea ir a la ciudad. Sin
embargo, debido a recortes presupuestarios, la comisaría de
tan idílico lugar se debe cerrar y ambos abandonarán
el pueblo. Es ahora cuando deciden cometer delitos para evitar el
traslado.
Película de contrastes,
con un sentido del humor muy bizarro y plagado de gags fantásticos,
"The Wolf Returns" cumple su papel como film de evasión,
para pasar hora y media de diversión sin parar de reír.
También a su vez, presenta a dos personajes antagónicos
que terminarán cooperando y ahondará en ese sentimiento
humano de "desear aquello que no poseemos", así como
en el destino personal y en la dualidad núcleo urbano-rural.
Esto no quita para que cuente con algún que otro defecto, como
varios baches narrativos o la presencia inexplicable de un elemento
que dota al film de un toque fantástico que parece no adherirse
a lo que nos cuenta. "The Wolf Returns" gana cuando permanece
en ese terreno de la comedia y de la sátira social y pierde
en los momentos en que las escenas de acción "a lo Hollywood"
toman la escena.
Divertida película
para cerrar con fuerza un día positivo. Mañana, más.